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Mesa Temática 12 Formas de subjetivación y modos de la corporalidad en la experiencia de la cultura contemporánea Responsables
Sandra UICICH (UNS) En el marco de una indagación filosófica respecto de la experiencia de la cultura entendida como interrelación entre campos de saber, tipos de normatividad y modos de subjetivación (Foucault), esta mesa temática se propone reflexionar sobre diversas y múltiples formas de subjetivación contemporáneas, en tiempos de declinación del paradigma humanista. Se esperan aportes desde la filosofía y desde estudios interdisciplinarios (sobre el cuerpo, de género, etc.) que asuman este enfoque. En cada momento histórico, los campos de saber definen un tipo de sujeto de conocimiento y un modo específico de relación con la verdad; los tipos de normatividad regulan la relación de unos sujetos que actúan sobre otros, estableciendo normas y ejerciendo el poder de determinados modos; los modos de subjetivación, por su parte, implican una relación de los sujetos consigo mismos en tanto el modo de ser sujeto es una apuesta ética. Pero ahí donde el poder cree fundar verdades y legitimar saberes operando una fijación de modos posibles de ser sujeto, se abre también el campo de la creación siempre renovada y nunca agotada de otras formas de subjetivación. La propuesta de problematización del presente de la cultura implica pensar la singularidad específica de la forma de experiencia de la cultura actual, en los comienzos del siglo XXI; y pensar, por lo tanto, los disciplinamientos y controles sobre los cuerpos, las reconfiguraciones de la subjetividad a través de la mediación tecnológica o las nuevas subjetividades que emergen de una novedosa gestión de la corporalidad. Esta problematización exige, además, indagar en términos de código, programa, sistema y modos performativos de producción de subjetividad, en los que se redefine el sujeto (a nivel del cuerpo, del placer, del deseo y de sus difíciles relaciones) y se resignifica el sentido de lo humano y los límites de la vida y de los cuerpos. El hilo conductor es la concepción nietzscheana del cuerpo (Leib) como “sí mismo” (Selbst) creador, y a partir de él, las distintas derivaciones de filósofos posnietzscheanos sobre el tema, que entienden a la subjetividad como construcción epocal tramada por relaciones de poder, desde el punto de vista político, y flujo de fuerzas, desde el punto de vista ontológico. En particular, se define al cuerpo como cultura materializada, y no es, por lo tanto, ni cuerpo natural ni cuerpo “maquinizado”: es tecnocuerpo, flujo de fuerzas, potencia o foco de posibilidades vitales, entre otras definiciones. Además, se sostiene la inseparabilidad de cuerpo-espíritu-naturaleza o de hombre-mundo circundante-contexto histórico. Así, en las formas actuales, los cuerpos humanos individuales se imbrican con desarrollos técnicos que trastocan su materialidad, su composición, su funcionamiento, y hasta la noción de “vida”; y los cuerpos colectivos conforman novedosos sujetos políticos imposibles de enmarcar en las formas tradicionales de análisis de la filosofía política.
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